que tal
Publicado: Mar May 05, 2009 1:17 pm
Que tal, si bien los sigo hace tiempo no había podido escribir, ante nada me llamo Álvaro y vivo con una Kleinbus 1976 hace poco mas de 5 meses, se llama Marlene (por la Dietrich), es dos años mayor que yo pero se presta a mis sueños de niño cuando anhelaba una de ellas, me sigue cuando la necesito, no me falla cuando la exijo que este ahí y por más que lo haga y la trate a veces rudo no me deja. Conserva gran parte de sus cosas de fabrica y a pesar que es bi-color ambos sabemos que no es así. No deja de asombrarme por su fidelidad, a más exigencia mas supera mis expectativas.
Perdon, pero Uds., ya saben.
La encontré por el dato de un dato que le dieron a mi hermana, sinceramente por las características que me entrego mi hermana pensé que era una brasileña, por lo cual no le puse mucha atención, sin desmerecer, pero yo ya tenía mi fusquiña y andaba buscando una maquina alemana (curvo, braqueas arriba, pasillo, silenciosa por nombrar algunos de los requerimientos de mi sueño). Pero hubo un dato que me hizo recapitular, su dueño era alemán y ella fue su devoción. No podía ser otra que una kombi germana. Pero si es que cuando la vi, supe que me estaba esperando, pero si me reía solo y no caía en sí que esa máquina en tan buen estado estaba para mí. Pensaran que exagero, pero Marlene siempre será aquella que se presta a jugar, a estar ahí como en mis sueños de niño pero ahora en mi realidad de hombre.
Espero trasmitir el amor por esta “maquina” a mi hijo y el a los suyos.
Espero que pronto nos podamos juntar .
Perdon, pero Uds., ya saben.
La encontré por el dato de un dato que le dieron a mi hermana, sinceramente por las características que me entrego mi hermana pensé que era una brasileña, por lo cual no le puse mucha atención, sin desmerecer, pero yo ya tenía mi fusquiña y andaba buscando una maquina alemana (curvo, braqueas arriba, pasillo, silenciosa por nombrar algunos de los requerimientos de mi sueño). Pero hubo un dato que me hizo recapitular, su dueño era alemán y ella fue su devoción. No podía ser otra que una kombi germana. Pero si es que cuando la vi, supe que me estaba esperando, pero si me reía solo y no caía en sí que esa máquina en tan buen estado estaba para mí. Pensaran que exagero, pero Marlene siempre será aquella que se presta a jugar, a estar ahí como en mis sueños de niño pero ahora en mi realidad de hombre.
Espero trasmitir el amor por esta “maquina” a mi hijo y el a los suyos.
Espero que pronto nos podamos juntar .